domingo, 30 de septiembre de 2012

Una nueva diáspora de escritores extremeños


En varias ocasiones he hablado de lo importante que fue para el desarrollo cultural de esta región que aquella generación de poetas encabezada por Ángel Campos y Álvaro Valverde se quedase a vivir y a trabajar en Extremadura. Ellos sirvieron de motor para que una tierra que hasta entonces era un yermo en el ámbito artístico empezase a aparecer en el mapa. A ellos hay que agradecerles, por ejemplo, la creación de las aulas literarias o que por aquí se pasasen escritores de primera fila para realizar lecturas o presentar libros.

                                                      Irene Albert

                                            Victor Martín Iglesias

                                                                  Francisco José Najarro

 Sin embargo, de un tiempo a esta parte, estoy comenzando a tener la sensación contraria; es decir, que los jóvenes escritores extremeños de mayor talento se ven obligados a marcharse de esta tierra. Esta semana, por ejemplo, he podido leer Setenta y cuatro días sin mí, el estupendo poemario que acaba de publicar Francisco Fuentes en la Editora. El sobre en el que me llegó el libro traía remite de Madrid, donde vive su autor. También en Madrid residen Víctor Martín Iglesias y Miguel Casasola. En Barcelona lo hacen Álex Chico y Francisco José Najarro. En Zaragoza, David Yáñez. Y en Salamanca, Irene Albert. El único que, de momento, resiste aquí es Víctor Peña. Aunque, con lo de la reducción de profesores en la enseñanza pública, me consta que también está tratando de buscarse las habichuelas fuera.

                                                                          Álex Chico

                                                                    Miguel Casasola
Espero que se trate de algo pasajero y que estos y otros jóvenes artistas que estoy seguro de que irán surgiendo elijan quedarse en Extremadura para vivir y crear. En otros lugares no haría tanta falta o no tendría tanta importancia, porque se irían unos y vendrían otros. Pero aquí cada talento que se nos escapa supone una pérdida enorme. 

                                                                      Víctor Peña

                                                                      David Yáñez

sábado, 29 de septiembre de 2012

Tres libros liliputienses en la revista Culturamas

                                                             Gladys González

Juan Soros reseña en la revista Culturamas los libros liliputienses de Gladys González, Marcela Parra y Cristián Gómez Olivares.

http://www.culturamas.es/blog/2012/09/29/119659/

lunes, 24 de septiembre de 2012

José Luis Morante reseña la antología de José Antonio Llera

                                                                        
http://puentesdepapel56.blogspot.com.es/2012/09/jose-antonio-llera-trayecto.html

martes, 11 de septiembre de 2012

Con Víctor Peña y María Ponz


Hoy hace un año que apareció el primer libro liliputiense. Y el cumpleaños ha resultado estupendo, pues he podido pasar un par de horas con Víctor Peña y María Ponz. Han tenido, además, el detallazo de regalarme una botella de vino para celebrar el aniversario de la colección. Un millón de gracias, amigos. Realmente es un lujo contar con la oportunidad de charlar con dos personas tan interesantes como vosotros. Un abrazo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Ártese quien pueda

                                                    Miguel Ángel Casasola

Ayer tuve la suerte de tomarme un café con Miguel Ángel Casasola, uno de los pilares de la editorial Ártese quien pueda. Fue estupendo conocer el proyecto tan interesante que llevan, entre otros, dos jóvenes poetas extremeños: el propio Casasola y Francisco José Najarro Lanchazo. De este último había leído los dos libros que ha publicado hasta la fecha: La vespa amarilla y El extraño que come en tu vajilla. Ambos me gustaron mucho, pero reconozco que El extraño, que sacó Vitruvio, me pareció un libro especialmente maduro y repleto de textos de verdadera poesía. Y, aunque de momento ni Casasola ni Najarro viven en Extremadura (con la falta que nos hacen personas como ellos), me alegra ver cómo jóvenes escritores de esta región van, poco a poco, abriéndose paso.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Confluencia: Poetas por webcam

El poeta dominicano Frank Báez se encuentra detrás de este interesantísimo proyecto. Pasen y vean.

 

lunes, 3 de septiembre de 2012

El Embarcadero, las casas de cultura, el Centro Cívico de La Mejostilla y la Factoría Joven

 Sigamos con el catálogo de horrores y errores de políticos regionales y locales supuestamente relacionados con la cultura:
- El edificio Embarcadero iba a convertirse en un centro cultural de primera fila, algo parecido a lo que es la Laboral de Gijón o el Matadero de Madrid. Pues finalmente, después de lo que costó la restauración y de un año sin actividad, parece que va a convertirse en un local con despachos para empresarios.
 - Las casas de cultura. Muchas de ellas están cerradas porque no hay ordenanzas. 
 - El Centro Cívico de La Mejostilla. También cerrado. Supongo que por las mismas razones.
 - La Factoría Joven.  Otra construcción con ínfulas que ha servido para poco más que para tirar una millonada a la calle.
  No sigo porque me estoy deprimiendo por momentos.  Lo único que sé es que todo ese dinero invertido no ha servido para nada. Y es que la cuestión no es tanto disponer de continentes vistosos como de contar con contenidos de interés. Pero, claro, para eso habría que escuchar a la gente de la cultura. Y eso poquísimos políticos están dispuestos a hacerlo.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El Palacio de Congresos de Cáceres: otro ejemplo de lo que es esta región

                                                      
 En los periódicos regionales de hoy, aparece la noticia de que el espacio exterior del Palacio de Congresos de Cáceres aún no se ha utilizado para celebrar actividad alguna. Eso no pasaría de mera anécdota si dentro del edificio se ofreciera algo de interés. Porque recordemos que el Palacio de Congresos de Cáceres supuso el desembolso de una millonada. Bueno, de casi dos, ya que se construyó sobre el Auditorio, otro mamotreto que también había costado lo suyo hacía poco.
 El caso es que, seamos sinceros, este inútil palacio de congresos se levantó por aquello de no ser menos que los demás. ¿Cómo iba a consentirse que Badajoz y Mérida tuvieran uno y, en cambio, Cáceres no? Pues nada, a gastarse un dineral en igualar al vecino. Más provinciano, imposible.
 ¿Alguien creía de verdad que iba a atraer al turismo de negocios y que iba a convertirse en un centro internacional de reuniones? Realmente, no se puede estar más ciego. O tener la cara más dura.
 En definitiva, el carísimo Palacio de Congresos de Cáceres sólo sirve para que en él se programen actos de trazo grueso. Porque, si todo lo que se va a organizar aquí son actuaciones como la de Los Morancos, apaga y vámonos.