domingo, 24 de febrero de 2013

Golpes de estado

Si aquí hubiese realmente una democracia, hoy mismo el político Salvador Victoria habría dimitido. Porque atreverse a comparar las manifestaciones de ayer con el golpe de estado de Tejero es el colmo. Si las personas que no tienen trabajo o han perdido el que tenían, si aquellos a los que se ha deshauciado, si quienes han visto cómo sus ahorros desparecían en la maraña burocrática de la banca, si los que han sufrido un retroceso de cuarenta años en sus derechos y libertades no pueden ya ni siquiera protestar, creo que ha llegado el momento de plantearse, de una vez por todas, una reforma total de nuestro sistema. 
Por cierto, lo que sí que se parece mucho a un golpe de estado es aspirar al poder con un programa (que debería pesar tanto como un contrato) y, una vez alcanzado, hacer justo lo contrario de lo que se había prometido. ¿Cómo era aquello de la paja en el ojo ajeno?

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. No sé cómo los políticos (en gran medida responsables -por activa o por pasiva- de lo ocurrido aquella tarde del 23 de febrero de 1981) siguen aún apelando al argumento del golpe de estado de Tejero sin que se les caiga la cara de vergüenza.
    Saludos.

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