miércoles, 21 de abril de 2010

Irene Albert y su "Zombie love"


Hace seis años, recién aprobadas las oposiciones, di clases durante un curso en el Instituto El Brocense de Cáceres. Cuando llegaron las navidades, se convocó el típico concurso de redacción destinado a los alumnos. No me apetecía lo más mínimo (todos los miembros del departamento de lengua debíamos ejercer de jurado) tener que castigar la vista con decenas de páginas cargadas de tópicos y faltas de ortografía. Reconozco que me había resignado a perder varias tardes en aquella labor tediosa.
En fin.
Sin embargo, a pesar de mis expectativas (glaciales), de repente, me topé con un par de folios que me dejaron (literalmente) boquiabierto. Recuerdo el título de aquel texto mágico: Fun, fun, fun. Era impresionante: lleno de talento, ingenio, capacidad de sugerencia y sentido del humor.
Fun, fun, fun, lógicamente, se llevó el premio. Yo estaba deseando que se abriese la plica para conocer el nombre de quien lo había escrito. La autora resultó ser una alumna de segundo de bachillerato llamada Irene Albert.
¿Quién era Irene Albert?
Ni idea.
Tenía que conocerla, tenía que hablar con aquella muchacha de dieciocho años cuya escritura poseía una fuerza descomunal.
Apenas pudimos intercambiar unas palabras en un par de ocasiones. Daba la impresión de que Irene tenía la cabeza en otro sitio. Cuando les pregunté por ella a los compañeros que le daban clase, me respondían que estaba como ausente y que faltaba bastante.
El caso es que llegó junio y terminó el curso.
En el concurso de traslados me adjudicaron mi nuevo destino: Mérida.
Durante un tiempo me olvidé del asunto.
No obstante, algo más de un año después, al tratar de ordenar varias carpetas viejas, aparecieron de nuevo aquellos dos folios grapados. Releí Fun, fun, fun y volví a estremecerme. Seguro que una sensación parecida debían de padecer los antiguos buscadores de oro al toparse con una pepita.
Entonces (aún no sé muy bien cómo me atreví) se me ocurrió buscar en la guía telefónica el número de los padres de Irene. Por suerte se apellidaba Albert y no Gárcía o Pérez.
Encontré uno. Lo marqué. Una voz de mujer al otro lado. La madre de Irene.
Por un instante temí que pensase que yo era una especie de pervertido o algo por el estilo que intentaba sonsacarle información sobre su hija. Por eso me esforcé por explicarme y le ofrecí mi correo electrónico para que se lo pasase.
Se ve que no debí darle mala impresión, ya que confío en lo que le conté y me proporcionó el móvil de Irene.
Ella estaba estudiando psicología en Salamanca.
La llamé. No necesité darle demasiados detalles acerca de quién era. Al parecer se acordaba.
Le pregunté (después de repetirle lo que me había gustado lo poco suyo que había leído) si había escrito algo más.
Contestó que casi nada.
Yo acababa de estrenarme como miembro de Littera, así que le propuse que intentase escribir un libro con el tono de Fun, fun, fun.
Me dijo que se encontraba mejor que aquel año de El Brocense, me dio las gracias por mi propuesta y me preguntó que cuándo quería (más o menos) que estuviese terminado.
No hay prisa.Tómate el tiempo que necesites.
Los dos años siguientes Irene y yo nos hemos cruzado muchos correos electrónicos en los que ella me mandaba lo que iba escribiendo y yo le remitía mis impresiones.
De esa manera, poco a poco, fue naciendo Zombie love.
Y, aunque un servidor ya no pertenezca a Littera, confieso que me ha hecho una ilusión enorme verlo esta tarde ya publicado.
Una verdadera joya.
Irene Albert tiene sólo 23 años. Parece mentira. Porque hay escritores hechos y derechos que en su vida lograrán firmar un libro con la mitad de calidad que éste.
Enhorabuena, Irene.

8 comentarios:

  1. Chema: pues como siempre que recomiendas algo, habrá que echarle un atento vistazo a ese Zombie Love de la chica que se llama como tu hija y una sobrina mía.
    A buen seguro, no saldremos defraudados.

    Un abrazo.

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  2. Una historia preciosa. Parece un cuento y además con final feliz.
    Me alegro por la autora y por la constancia del descubridor.
    Un saludo afectuoso.

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  3. Irene Albert Cebriá22 de abril de 2010, 13:07

    Muchas gracias, José María, por recordarme, por la iniciativa y por la paciencia.
    Lo mejor de ese año fue el concurso.
    Un beso
    Irene

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  4. Joder, con esas referencias el libro hay que pillárselo y "Fun, fun, fun" también. Saludos.

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  5. Muy hermosa historia ¿Por qué no publicas unas líneas de la escritura de Irene? Hay quienes (pese a internet) vivimos a mil kms. de estas editoriales hermosas y pequeñitas

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  6. Se podrá comprar "Zombie love" en la feria del libro de Cáceres? yo de momento no lo he visto.

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  7. ayer me senté tranquilamente en un rinconcito de casa, con el libro de irene, y te puedo asegurar, josé maría, que disfruté cada línea

    y me sorprendió y me emocionó
    y desde ayer, también, he jurado amor zombie a todo lo que venga de esta chica

    un saludo

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  8. Pues sí que dan ganas de leerlo. ¿Nos podrías poner algún poema, para abrir boca?
    Saludos.

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