viernes, 27 de febrero de 2009

La editorial Xordica


Xordica (http://www.xordica.com) es una de esas editoriales independientes por las que siento debilidad. El diseño de sus libros es limpio y cuidado. Y el catálogo está repleto de perlas. He seleccionado estas cuatro que dan la medida de la calidad de lo que en ella se publica.


La novia parapente, de Cristina Grande. Un conjunto de relatos madurados, irónicos e inteligentemente femeninos. Aunque también les gustará a los hombres.

Trescientos días de sol, de Ismael Grasa. Le concedieron con toda justicia el Premio El Ojo Crítico. Más cuentos afilados y cortantes.



El oro celeste, de Manuel Moyano. El oficio y la sensibilidad hecha literatura.


Biblioteca, de Gonçalo Tavares. La obra de un genio. Distinto, original, apasionante.

jueves, 26 de febrero de 2009

Un café imaginario con Antonio Gómez y otro real con Elías Moro


La visita de los jueves a las librerías de Mérida hoy ha resultado mejor que nunca. Y eso que libros, lo que se dice libros, he visto pocos.
Al subir por la rambla, me encontré de frente con Antonio Gómez. Cercano, generoso y humilde. Él, uno de los artistás más importantes del país, que tendría motivos de sobra para sacar pecho y que, en cambio, es la humildad en persona. Recién regresado del Festival de perfopoesía de Sevilla, donde ha coincidido con un amigo común (David Moreno, de Ediciones Trashumantes). Charlamos luego acerca de la próxima edición de EDITA. Confía en que finalmente podamos ir, aunque, según parece, este año se han encontrado con más solicitudes que nunca.
(Les pondré una vela a los Gormitis de Manu.)
Luego, cuando apenas llevaba un par de minutos en Punto aparte, veo asomándose por la puerta a Elías Moro.
- Te estoy llamando por teléfono, José Mari. ¿Un café?
Me acuerdo de que llevo el móvil silenciado. Por aquello de venir del instituto.
El café nos lo tomamos en un bar que hay justo al lado. Me alegro de verdad de ver a Elías. Metro noventa de buena persona. Y de lector estupendo. Y de poeta magnífico.
Nos preguntamos por nuestros proyectos. Me habla de una antología que le está preparando la Editora Regional y de un poemario nuevo que sacará Calambur. Conociéndolo, estoy convencido de que merecerán la pena. Nos bebemos el café sin darle tiempo a que se enfríe. Lástima no disponer más que de veinte minutos. Me esperan mis fieras de la ESO. Justo antes de despedirnos, me pide que le guarde un ejemplar de los próximos libros que saquemos en Litteratos. Oírle alabar "mi" colección me proporciona una confianza que, lo reconozco, tanta puerta cerrada a veces me roba.
Un abrazo.
Cuenta con ello.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Los poetas liliputienses: David Yáñez

Hace unos dos años se me ocurrió colgar en internet un anuncio dando cuenta de la creación de la colección Litteratos. En él se animaba a todo el que quisiera a enviar sus libros para someterlos a examen. Pues bien, me encontré con que durante los siguientes meses recibí por correo electrónico cerca de trescientos libros, muchos de ellos de Hispanoamérica. Allí había de todo: desde aficionados llenos de buenas intenciones a escritores fantásticos (como el uruguayo Manuel Arduino, cuya novela espero que pronto podamos publicar). Entre aquel alud de poemas, capítulos e índices hubo un libro que me dejó boquiabierto desde el principio. El título no era nada del otro mundo (Resistir al presente). Sin embargo, el contenido era magnífico. Se trataba de un poemario intenso y fresco que tuve que leer de un tirón. A su autor no lo conocía de nada: un joven de veinticinco años que había nacido en Cáceres, que vivía en Madrid, que había estudiado algo relacionado con la comunicación y la imagen y que rodaba cortos. Ya me hubiese gustado a mí escribir a su edad de esa manera.

Año y pico después, y ya con el libro entre las manos, sigo pensando que David va a ser una de las voces más potentes de la poesía española. Seguro.


SIGO SIENDO UN GRAN FAN

DE DAWSON’S CREEK

Podría escribir cosas mejores sobre lo nuestro,

pero prefiero cavar esta autobiografía

desmitificando esos grandes recuerdos

que no se fijan en los detalles,

y que, admitámoslo, no son justos

[con ninguno de los dos.

Si las cosas se tuercen

esta vez no voy a hacer desaparecer al protagonista,

no habrá trucos de guión para que el chico triste

[se enamore.

No estoy buscando una oportunidad

para empezar de nuevo, reescribir la historia

[y todo eso de corregir la ortografía,

sólo que me apetecía oír que las cosas

no fueron bien por aquí, que soñaste un ratito conmigo,

que quisiste llamarme,

[pero no lo hiciste no sabes bien por qué.

Yo tampoco recuerdo a qué huelen tus hombros

o cual era tu disco favorito de los Beatles,

pero tengo algunas buenas ideas para

el viaje sin retorno de resistir al presente

-es un título provisional para el episodio uno-

El prota tiene mi look más gay

y para echarle un polvo a la chica

le ayuda con sus asignaturas pendientes

[de la universidad.

Será un gran episodio, y lo sabes.

Track 1:

Intro

Tragué saliva

de boca de todas

sólo para poder

escupirte.


POÉTICA

El respeto a las palabras

nos ha hecho poetas,

el miedo nos hará hombres.


Resistir al presente, Littera Libros, 2008.

Dar de leer

Chose dando de leer a los niños. La felicidad debe de ser algo parecido a esto.

martes, 24 de febrero de 2009

La Asociación de Escritores Extremeños o el café para todos


Una carta de la Asociación de Escritores Extremeños. Abro el sobre y la leo. Se recuerda a todos los asociados que pueden solicitar que se les incluya en la lista de autores entre los que las casas de Extremadura (las de dentro y fuera del país) tienen la opción de elegir a quien les plazca para celebrar una lectura pública.
No descubro nada nuevo si afirmo que la Asociación de Escritores es uno de los pilares culturales de la región. Ahí están las aulas literarias para demostrarlo. A lo que hay que unir que la dirigen dos personas con talento y sensibilidad ( y a las que aprecio): Antonio Sáez y Julián Rodríguez.
Pero reconozco que algunas decisiones que se han tomado no las entiendo.
Porque, tratando de evitar que perviviesen rencillas antiguas entre varios socios, creo que se ha tirado por la calle de en medio.
Cuando la junta directiva de Antonio y Julián llegó al poder, consideró que lo mejor sería calmar el ambiente otorgando la misma importancia a cuantos socios estuviesen inscritos. El problema surge, en mi humilde opinión, en el momento en que no se trata de una comunidad de vecinos, sino de un grupo formado por artistas, donde, nos guste o no, no hay dos personas con idénticos méritos. De hecho, en la práctica, para formar parte de la asociación lo único que hay que hacer es abonar la correspondiente cuota. Es decir, que por el hecho de pagar uno se convierte automáticamente en escritor. O casi.
Y digo yo que alguna diferencia habrá entre publicar en Tusquets, pongamos por caso, y practicar el castizo deporte de la autoedición. Ocurre, claro, que decir según qué cosas no es políticamente correcto. Lo de todos iguales suena muy democrático, aunque en ciertas ocasiones supone deformar la realidad.
Es cierto que nunca ha habido en nuestra región tantos escritores. Y tan buenos. Pero eso no implica que sean legión. Y, queramos o no, si se aspira a que la asociación gane prestigio y credibilidad más allá de los túneles de Miravete, hay ciertos nombres y, sobre todo, libros con los que no conviene que se nos relacione. Del mismo modo que lo ideal sería que todo aquel que formase parte de la junta directiva de una asociación de escritores (o que coordine un taller de escritura) fuese primero eso: escritor. Esto es, que haya publicado algún libro.
Desde luego, a mí no se me ocurre llamar a un escayolista cuando necesito un fontanero.

lunes, 23 de febrero de 2009

La colección Monosabio

Muchas veces se ha discutido sobre cómo influye en el mundo de la edición el hecho de que, de unos años a esta parte, las instituciones se hayan lanzado a publicar libros. En líneas generales, me parece que el balance es negativo. Porque la mayoría saca decenas de títulos al año que o no salen de sus almacenes o sirven sólo para saciar (con el dinero de todos) la vanidad de unos cuantos amiguetes. Títulos que, encima, saturan los servicios de novedades y agotan la paciencia de los lectores. Por tópico no resulta menos cierto: ahora mismo se convierte en imposible estar al tanto de lo que se publica en España.
No obstante, como siempre en la vida, hay, claro, excepciones. Pienso, por ejemplo, en la colección El maillot amarillo, de la diputación de Granada, en la de Barrio de maravillas, de la Junta de Castilla y León, y en, cómo no, la Editora Regional de Extremadura. Estos tres servicios de publicaciones institucionales se comportan (en líneas generales) como editoriales privadas. O por lo menos lo intentan.
Hoy quiero citar aquí un cuarto ejemplo: la colección Monosabio del ayuntamiento de Málaga. En ella uno puede hallar joyas de Pérez Estrada, Juan Carlos Mestre, José Luis Gallero (soberbia, por cierto), Miguel Ángel Muñoz Sanjuán o José María Parreño. Lástima que no se encuentren en todas las librerías de España. Queda el recurso de pedírselas al propio ayuntamiento. Merece la pena el esfuerzo.

sábado, 21 de febrero de 2009

Torrequemada

El día salió espléndido. Y lo hizo aún mejor la comida en el Chiara, un restaurante italiano que a Chose y a mí nos vuelve locos. Está en la Plaza de San Juan, como escondido. Todo en él es discreto: apenas seis o siete mesas, un cartel muy pequeño y casi en una esquina. Pero pocos lugares he conocido con tanto encanto. La comida, de fábula; igual que su dueña, María Jesús, que tiene clase y simpatía de sobra.

Supongo que la euforia producida por la magnífica comida contribuyó en algo. El caso es que hasta la iglesia de San Juan me pareció más hermosa que otras veces.

El resto de la tarde fuimos a pasarlo a Torrequemada, el pueblo de mi padre y mis abuelos. La dehesa por antonomasia. Las encinas y los alcornoques. Las vacas, los cerdos y los caballos.
El Prao (así lo llaman los torrequemeños) estaba espectacular, aunque la charca tenía mucha menos agua que cuando yo tenía catorce años e iba a pescar carpas.
Me ha hecho ilusión estar allí con Chose e Irene. A mí y a mi infancia resucitada.
Antes de marcharnos, quise pasar por la plaza para hacerle una foto al restaurante donde se come el mejor cochinillo de Extremadura, que no sé si equivale a decir del mundo.

Siempre que voy a Torrequemada, me acuerdo de este poema de Estrategias:

La cerca de piedra

Mi abuelo puso una piedra
sobre la piedra
que había puesto su padre.

Mi padre puso una piedra
sobre la piedra
que había puesto mi abuelo.

Límite. Linde.

Yo tengo una piedra en la mano.

viernes, 20 de febrero de 2009

The Pata Negra

The Pata Negra es el proyecto común que El Cangrejo Pistolero y La Bella Varsovia pusieron en marcha hace algún tiempo. Hacen falta en la literatura española artefactos como éstos. Un poquito de aire fresco dentro de la página
http://thepatanegra.blogspot.com

jueves, 19 de febrero de 2009

Para estar al día

Me manda Gonzalo Escarpa un correo electrónico para informarme de que la página de la Red Fósforo acaba de abrirse. Los buenos lectores no pueden perdérsela. Ésta es la dirección: http://www.redfosforo.org

martes, 17 de febrero de 2009

Los poetas liliputienses: Víctor M. Díez

Bio-bibliografía

Nacido en León en 1968. Entre sus obras publicadas se encuentran títulos como Evaporado va, Oído en tierra, Voz fuera de campo, Ser no representable o Circo varado. Siempre ligado a la escritura, ha colaborado en diferentes diarios como columnista, así como en revistas literarias, Festivales de cine (como SEMINCI), catálogos de pintura o guías de viaje. Es conocido por sus trabajos con músicos (SIN RED, cuarteto de improvisadores), grupos de teatro y, en general, como agitador cultural y creador proyectos estéticos contemporáneos.
Blog: oidoentierra.blogsome.com

Un poema

Sin red. Esa es la consigna de los tiempos.

Que no haya retorno.

El tatuaje de este siglo lleva escrito:

un alambre tenso es el verdadero camino de la vida.

Vértigo, velocidad y brillo. Violencia.

Todos desprecian la música diminuta de las cosas.

Sólo caballos salvajes. Trapecios oscuros.

Y hablo del mundo de los vivos.

Por si estáis en Madrid

lunes, 16 de febrero de 2009

Yo también quiero ser costalero

El nuevo poemario de Ben Clark lo acaba de publicar una editorial de la que no tenía noticia: Huacanamo (www.huacanamo.com). El diseño parece cuidado. Y seguro que el contenido merece la pena. Intentaré hacerme con él.
Lo que me ha hecho sonreír es una foto que me he encontrado en la página de la editorial en la que se ve a Ben llevando en andas a Fernando Arrabal. Copio debajo el texto que acompaña a la imagen. En ella se hace referencia al Seminario de discurso, legitimación y memoria (www.seminario-sdlm.blogspot.com), una institución cultural que dirige en Salamanca Fabio de la Flor. De ésas cuya existencia uno agradece de manera infinita.


"El poeta huacanameño Ben Clark fue bautizado el pasado 14 de febrero, día de San Calentín, por Fernando Arrabal como Patafísico y Mallarmé-Felación de Frambuesa. Ante este gran honor el poeta recitó varios versos de su poemario MEMORÍA, sin que Arrabal le hiciera mucho caso. Fernando Arrabal acudió a Salamanca invitado por Fabio de la Flor, el SDLM y el Espacio de Arte Contemporáneo el Gallo, donde enterró una obra en el Museo Mausoleo de Morille y fue transportado en andas por varios poetas de Salamanca, Ben Clark entre ellos, hasta la catedral donde llamó a las puertas de Dios sin obtener, al parecer, respuesta."

domingo, 15 de febrero de 2009

Una tarde de domingo en Plasencia

Como hoy ha salido un día magnífico (y nuestro vecino se ha empeñado en seguir con las obras del Escorial), nos hemos escapado a Plasencia con los niños.
A mí Plasencia me parece un lugar ideal para vivir que tiene a media hora decenas de lugares (la Vera, el Valle del Jerte o el Ambroz) asombrosamente hermosos.

También hoy (como siempre que estoy allí) me he acordado de Álvaro Valverde y Gonzalo Hidalgo Bayal, dos de los mejores esritores españoles, que, en lugar de irse a alguna capital a intrigar y medrar, han preferido quedarse en su esquina del mundo (tanto da 45.000 habitantes que cuatro millones y medio), aunque ese gesto de generosidad (ambos publican en Tusquets, ahí es nada) el poder se lo pague con indiferencia o cosas peores.
Al ir con Irene y Manu, nos acercamos al Parque de los pinos para que disfrutasen con las aves (pavos reales, toda clase de patos y rapaces) que se pasean por entre los árboles (que no sólo son pinos).
Me fijé en que algunos niños les tiraban los trozos de pan con tanta fuerza que más parecía que deseaban dejarlas tuertas que darles de comer.
No me pude resistir y le saqué esta foto a la placa que se encuentra en la entrada del parque. Un pelín exagerada. Y que conste que estoy de acuerdo con el fondo. No sé, es un escrúpulo formal. Sobre todo porque a unos metros de ella hay una escultura de una virgen rodeada de flores. Otra exageración. O no. O será que ambas resumen la naturaleza contradictoria del mono humano.

sábado, 14 de febrero de 2009

Cosmopoética 2009

Acabo de ver el programa del encuentro de Cosmopoética (www.cosmopoetica.es)de este año. Del 16 al 20 de abril, la candidatura de Córdoba 2016 volverá a demostrar que aspira en serio a llevarse lo de la capitalidad cultural. No quiero ponerme pesado, pero los de Cáceres ya podrían tomar nota. Supongo que no les dará por desterrar a los tres poetas cacereños que intervendrán en el encuentro. Aunque conociendo la susceptibilidad de algunos ...

Me da envidia (lo admito) la importancia que ciertas instituciones (en este caso, un ayuntamiento) le conceden a la literatura. La organización resulta ejemplar. Otra cosa (en todas partes cuecen habas) es el criterio que se emplea para seleccionar a los escritores nacionales. Porque, a poco que se conozca a las personas que organizan el encuentro, es fácil descubir entre los participantes a una cantidad sospechosa de amigos y conocidos suyos.
Me quedo, no obstante, con el empeño y el entusiasmo de una ciudad que se gasta el dinero en mantener con vida ese artilugio extraño llamado poesía. A ver si en Extremadura alguien se pica y ganamos todos.

viernes, 13 de febrero de 2009

Diccionario de dudas


En el correo electrónico un mensaje de Emilio Torné. Al abrirlo, me encuentro con las pruebas y la portada de Diccionario de dudas, el poemario que saldrá en Calambur (espero que) pronto. Siempre que estoy a punto de publicar algo me aturde la misma sensación de extrañeza. Leo los textos como si fueran de otro, como si los hubiera escrito un primo lejano. Con todo, reconozco (lo que es la vanidad) que tengo ganas de tenerlo entre las manos.

Para Manuel e Irene.
Para Irene y Manuel.


Leo la dedicatoria y sonrío.

Por si vais a Madrid

Servidor no podrá asistir. Qué más quisiera uno. Pero si vais a estar en Madrid este fin de semana, creo que merecerá la pena acercarse.
El cartel no tiene desperdicio.

jueves, 12 de febrero de 2009

Antonio Orihuela, un árbol y un acueducto

Hoy el día ha sido de lo más completo. Hacía frío. Pero el frío no sale en las fotos, así que pude hacerle ésta al acueducto de San Lázaro, que es el que tenemos al lado del instituto. Desde luego, no es mal decorado para dar clase.
Además estábamos medio de fiesta. Se celebraba el día del árbol. Y lo cierto es que la cosa ha quedado bastante lucida. Los chicos se lo han tomado en serio y han conseguido que, a partir de ahora, los alrededores del instituto sean algo más habitables.


Lo mejor, sin embargo, llegó con la visita de todos los jueves a las librerías de Mérida. En Punto aparte (dónde si no) me encontré nada menos que con Antonio Orihuela. Tan cariñoso como de costumbre. Quiso invitarme a tomar un café, pero los veinte minutos escasos de los que disponía me obligaron a postergarlo para una siguiente ocasión. Aun así, pudimos charlar un rato. Lo he dicho más veces. Lo repito aquí y ahora. Me parece que tener a un artista del calibre de Antonio en Extremadura es un lujo que muchos no aprecian en lo que vale. Porque no sólo se trata de un poeta gigantesco, sino también de alguien comprometido con todo lo que lo rodea. Comprometido de verdad.

Hablamos de los próximos libros suyos que iban a salir (Antonio siempre está sacando algo) y de su predilección por las editoriales microscópicas y raras.

Antes de despedirnos me dejó hacerle esta foto. Llevaba puesta la cazadora verde con la bandera alemana.

miércoles, 11 de febrero de 2009

De lectores y supervivientes




En esta dirección

http://www.nodo50.org/mlrs/Biblioteca/Biblioframe.htm
el lector inquieto encontrará una biblioteca con decenas de títulos interesantísimos a su disposición. Algunos de ellos ya están descatalogados y sólo pueden hallarse aquí.
Y gratis.
En este catálogo destacan poemarios de resonancia enorme como los de David Eloy, Antonio Orihuela o Jorge Riechmann.
Me quedo precisamente con la cita de este último que abre la página:

El capital quiere hacernos creer que somos lo que vendemos. Pero somos lo que regalamos.

martes, 10 de febrero de 2009

Los poetas liliputienses: David Eloy Rodríguez

Hay poemarios que se convierten en el emblema de una generación o de una corriente estética. No hay duda de que Miedo de ser escarcha pertenece a esa clase de libros. Causa admiración imaginar a alguien tan joven rematando un conjunto tan maduro. Dentro de unos años, los lectores y los críticos de poesía lo buscarán para comprender parte de la historia de la literatura española que se escribía a comienzos del siglo XXI.

Por fortuna, hoy en día el poemario está al alcance de cualquiera gracias a la red. Sólo hay que meterse en la siguiente página y descargárselo.
www.nodo50.org/mlrs/Biblioteca/palitine/escarc.doc

Bio-bibliografía

David Eloy Rodríguez nació en Cáceres en 1976, aunque lleva toda la vida viviendo en Sevilla. Es autor de los libros de poesía: Chrauf (Ediciones de la Universidad de Sevilla, 1996), Miedo de ser escarcha (Qüasyeditorial, 2000, Premio Surcos de poesía) y Asombros (César Sastre editor, colección Carne y Sueño, 2006). Poemas suyos han sido recogidos en diversas antologías. Es miembro del grupo La palabra itinerante.


Poemas

Preguntarse por la libertad es preguntarse

por la longitud de la valla

y sus hendiduras,

por quiénes son los vigilantes,

por quiénes quieren pasar al otro lado.

Avanzan: sepulcros

a merced de la corriente.

Avanzan: como avanza el silencio.

Como se pudre un cadáver.



MARAT – SADE, 1998

El problema ahora

es que hay muchos vigilantes

y pocos locos.

El problema ahora

es que la jaula está

en el interior del pájaro.



Cuando nacimos

ya habían traducido el mundo

en un lenguaje equivocado.

Las cifras estaban destinadas.

Las fórmulas tenían veneno.

Tuvimos que aprender

a respirar debajo del agua

y seguimos esperando

que la piel del tiempo

no nos vuelva locos.

No queremos ser tratantes.

No queremos ser esclavos.

Continuamos una senda de sangre.

No olvidamos de qué está hecho el camino,

no olvidamos.



ENSAYO SUSPENDIDO POR PISTOLA

Si el puzzle encajara

alguien a sueldo lo desbarataría.

(David Eloy Rodríguez, Miedo de ser escarcha)


lunes, 9 de febrero de 2009

Vicente Libros

Los expositores de la librería Vicente era casi lo primero que se encontraban los turistas que llegaban a la plaza mayor de Cáceres. Estaban en el Portal del pan y todos los que pasábamos por allí nos parábamos un rato a curiosear entre las novedades. Hace unos meses, por jubilación de la dueña, se cerró. Y Vicente Libros quedó reducida a la tienda (la primera que abrió) de la calle Pintores.
Pues bien, a pesar de que el encanto no es el mismo, sí lo son el entusiasmo y la sensibilidad de Sara, la hija de la antigua dueña, que se ha convertido en la tercera generación de una familia de libreros de los de verdad.
El local resulta algo pequeño, aunque en él el lector inquieto encontrará piezas raras y ediciones curiosas o de ésas que los grandes distribuidores rechazan por poco rentables. De las que realmente merecen llamarse literatura.

domingo, 8 de febrero de 2009

Los poetas liliputienses: José Antonio Llera

Tuve el privilegio de que José Antonio fuese mi compañero cuando estudiábamos en la facultad. Recuerdo la admiración que me producía. Era el talento y la inteligencia en persona. Luego descubrí que también un poeta enorme. La universidad de Extremadura (así le va) se lo dejó escapar. O mejor sería decir que se la jugó. En fin.
Lo que nadie puede arrebatarle son los tres magníficos poemarios que ha escrito hasta el momento. Si hasta ahora la crítica no le ha prestado la atención que merece se debe a que los dos primeros los ha publicado la Editora Regional de Extremadura, una editorial institucional con un catálogo muy digno pero con una distribución limitada. Confío en que el tercero lo publique alguien que le permita llegar a los lectores atentos de poesía. La suya es de la mejor que se escribe en España.

Apunte biográfico

José Antonio Llera (Badajoz, 1971) es doctor en filología hispánica. Ha publicado tres monografías: El humor verbal y visual en La Codorniz (2003), El humor en la obra de Julio Camba (2004) y Los poemas de cementerio de Luis Cernuda (2006). Acaba de aparecer su edición del epistolario inédito de Miguel Mihura. Tiene en prensa una antología de la obra articulística de Wenceslao Fernández Flórez.
Como poeta ha publicado dos depuradísimos poemarios: Preludio a la inmersión y El monólogo de Homero
, ambos publicados por la ERE.

El síndrome de Diógenes

José Antonio Llera

Acumulamos palabras sencillas que nadie entiende para calentarnos los pies que nos talaron. ¿En qué cubitera sin fondo vierto las ropas quemadas, el alcohol de las retinas?

(Ramón Gómez de la Serna padecía el síndrome, pero fue perdonado por los jerarcas con la excusa de que era un artista).

Si acumulas lo valioso se llama riqueza; si guardas lo inútil se apellida enfermedad. Otros amontonan orgullo y son aclamados y multiplican su hacienda.

Nos ayudamos de palas para cargar fotografías añejas, medallones, mandamientos decapitados, los víveres del difunto, los trajes medicinales de la novia. También el diccionario reúne palabras como un bien preciado. Alguien nos llevará a algún edificio de renta antigua y nos lavaremos en grandes tinajas con agua muy jabonosa.

Raparad en el suicida que lleva al contenedor las horas angulosas de la filatelia y el mendigo que hurga en la basura. Sus caminos se cruzan. Tal vez si se mirasen un segundo nadie se iría con el corazón en vela, todos comprenderían al fin la zoología del despojo, disimulada como la culpa de los confesionarios.

(Acumuló libros y le llamaron sabio. Acumuló obras de misericordia y le llamaron pío).

Llenaré los cajones con los pañuelos sucios, la lágrima que rechina, los espejos que no aguantaron la desnudez de un cuerpo y donaron su azogue a las pistolas, las voces roncas, la adarga de los humildes, verdades silicóticas, delaciones.

(Ella le dijo: «Estoy enamorada de lo falso. Por eso te abro la puerta y me entrego a ti sin escrúpulos, como una baratija»).

Las empresas que recogen muebles gratuitamente, el adolescente que sube un sillón de la basura al quinto y lo mancha de esperma. Sólo nos conmueve lo que no aspira a la permanencia: el verde desconchado de las rejas, el mosto derramado por las viudas.

¿Quién conoce un lugar más público que la basura?

sábado, 7 de febrero de 2009

Los lugares y los símbolos

Creo que el lugar en el que vivo es un símbolo de lo que soy: más allá de las afueras, en una urbanización lejos de todo, encaramado en lo alto de un cerro desde el que no se puede ir andando a ningún sitio.
El contacto pemanente con la periferia acaba convirtiéndonos en periféricos.
En coche siempre para llegar siempre tarde.

Censo de vecinos: - El jabalí que baja a comer las últimas bellotas de las encinas que crecen al lado de casa cuando llega la primavera.

- Los caballos y los terneros con los que nos cruzamos de camino al centro.
Como es sábado por la tarde, no tardamos demasiado en encontrar aparcamiento. El remanso de Olqui. Chocolate con churros. A Irene le chiflan los pequeños. Su mano diminuta brillante por el aceite.

Al salir de la churrería, no pude reprimirme y le hice una foto a un cartel digno de una tertulia literaria. El Club de la memoria resultó ser la sede de una asociación contra el Alzheimer.
Muchas veces la poesía no está en los poemas.

viernes, 6 de febrero de 2009

Los poetas liliputienses: Omar Pimienta

A Omar lo conocí por casualidad este verano en Punta Umbría. Estaba uno allí pasando una semana de vacaciones, cuando Antonio Orihuela me avisó por teléfono de que uno de esos días un poeta mejicano iba a presentar el poemario que Uberto Stabile le había publicado en la editorial Aullido.
Me pareció de lo más extraño que se celebrase una presentación en julio. Luego me enteré de que Omar había venido también por lo del encuentro de Voces del Extremo de Moguer.
El caso es que la lectura de aquel joven mejicano me dejó deslumbrado. Su poesía escocía, era afilada y precisa al mismo tiempo. Me costó levantarme de la silla. Estaba aturdido por aquellos versos repletos de lucidez, sensibilidad e inteligencia.
Le pedí el correo electrónico con la intención de proponerle algo en el futuro.
Y el futuro llegó. Y llegará. Porque dentro de unos meses sacaremos la edición (revisada y ampliada) de su primer poemario, que se publicó en Méjico en una edición muy reducida. Vamos, que aún no me he recuperado de la euforia provocada por el libro de Guichard y ya estoy paladeando anticipadamente la que me producirá el de Omar.
Tiene un blog en el que puede seguirse parte de su obra:
www.omarpimienta.blogspot.com

Bio-bibliografía

Omar Pimienta, 1978, Tijuana. Licenciatura en estudios latinoamericanos. Actualmente cursa la maestría en artes visuales en la Universidad de California en San Diego. Cuenta con dos libros de poesía, Primera Persona: Ella (Ediciones de la Esquina/Anortecer, 2004), La Libertad: Ciudad de paso (concaulta/Cecut2006). Es (y siempre será) herrero de oficio, artista visual y jugador de básquetbol en decadencia. Tanto su obra literaria y su trabajo como artista visual, además de observaciones cotidianas, se pueden encontrar desde 2002 hasta la fecha en

www.omarpimienta.blogspot.com
www.fotodefronteradiaria.blogspot.com



Poética

salió por cigarros muy temprano y no ha regresado, no me preocupa pero quiero fumar.



Poemas


Él y ella

Él se ponía el desodorante de su ex novia
para recordarla cada que levantaba los brazos.
Pero al paso del tiempo, también se acostumbro a eso.

Ella se masturbaba con el control del Atari 2600,
hasta que su hermano se empezó a quejar de su mal funcionamiento
siguió experimentando.

Aún cuando se conocieron ocultaron verdades.
Pequeñas irregularidades que salían sobrando.
Anécdotas no tan fáciles y alguna que otra historia casi imposible.

Cuenta un amigo de ambos que ellos se amaban duro.
(En toda la extensión de la palabra.)
Que los visitaba en el departamento aquél de sus primeros años
y los encontraba llorando en extremos distintos del cuarto.

Otros días contentos y juntos, igual, llorando.

No pasó mucho tiempo para que empezaran a insultarse,
como inyección de afrodisíaca excitación, usando palabras fuertes y asonantes.
Diciéndose lo oscuro que puede ser el alma, lo lento que palpita un corazón herido
al eyacular la sangre que el golpe de sus frases desborda en sus sexos.

Pero -a decir de ella- Dios le dio fin a la lengua hiriente
con un periodo de impotencia donde sólo se tocaban y desesperaban
hasta que el tedio les pegó las espaldas y jaló las cobijas.

La causa fue una intoxicación que duró poco menos que lo inaguantable.

Regresaron a amarse duro -diría un amigo de ellos-
pero a boca cerrada, únicamente el lenguaje claro y preciso
de los gemidos, sollozos y suspiros decoraba las hondas sonoras
de su radiofusora instintiva.

Con la madurez invitaron juguete a la batalla, compañeritos de guerra,
armas nucleares para la reconstrucción lasciva.
Los ocultaban sobre un falso plafón del techo del cuarto donde dormían
y seguirán durmiendo. En la casa que por fin compraron

donde el perro y los niños correrán felices.

Primera Persona: Ella (Ediciones de la Esquina/Anortecer, 2004)



A mitad de los 80


A mitad de los 80’s mi familia estrenó vajilla de filos dorados y denso decorado de flores.
Nunca comimos juntos.
Por esos mismos años me vestía de camuflaje
desde las botas hasta la boina.
Coleccionaba cartitas de baseball como un junkie
y miraba las caricaturas con fe de ciego.

Mi hermano Marcos, el mayor, hacía casas al otro lado
ocho horas diarias por quinientos dólares semanales.
Mi hermana, Teresa, rizaba su pelo y delineaba sus ojos como Madonna;
nunca compró ninguno de sus discos.
Escuchaba El Andariego mientras escribía en su diario de hojas impresas con tenues imágenes de paisajes y nubes.

Don Marcos perdió un dedo en una máquina trabajando para U.S. Elevators

Carlos, mi otro hermano, escondía sus libros bajo el asiento mientras cruzaba con pasaporte a la escuela.
Mi madre leía la revista Hola para comentarnos a cada uno lo que le pasaba a la Familia Real o a Julio Iglesias y terminaba diciendo: pobres de los Kennedy, están malditos.

Primera Persona: Ella (Ediciones de la Esquina/Anortecer, 2004)



La caída de las torres


Te fuiste cuando se cayeron las torres.
Poquito antes, poquito después, no importa;
cuando se asentó el polvo ya no estabas aquí.

Comencé a cruzar la frontera en bicicleta;
la amarraba a la cerca del trolley,
haciéndole campo entre otras
como se mete un naipe entre cartas esparcidas.

Llorar sobre dos ruedas no es sano.
Tampoco pasar la noche esperando el cruce:
saturación de luces rojas,
demasiado tiempo para pensar en irse.

Esa mañana murió la abuela, 97 años
y monedas siempre en la mano para darme.
No alcanzó a ver los aviones estrellarse
sí la cara de sus hijos o el largometraje de su vida
a la velocidad que cae un cuerpo desde el piso 97.

En casa la noticia golpeó igual de fuerte, se rompieron vidrios:
las lágrimas de mi padre y el silencio de las cosas que se quiebran por dentro.

Aquí también se vino abajo algo, no todo, porque mucho en la casa
está acomodado y sujeto para no caerse.

La experiencia: prepararse para el temblor porque se espera otro,
el grande.

Yo cruzaba en bicicleta para no hacer las horas de cola en carro.

Tú, te fuiste cuando se asentó el polvo.


La Libertad: Ciudad de paso (concaulta/Cecut2006).


jueves, 5 de febrero de 2009

miércoles, 4 de febrero de 2009

Programa del Festival de perfopoesía




Los poetas liliputienses: Benito del Pliego

Los poetas liliputienses (Álvaro los llamaría invisibles) son escritores ocultos que viven en una isla oculta. Escritores pequeños cuya obra, sin embargo, es digna de gigantes.
En esta sección bautizada como Los poetas de la república de Liliput trataré (pretenciosamente) de nombrar a algunos de ellos. Gulliver ya sabe cómo se las gastan.
El primero al que debe citarse es a Benito del Pliego, un poeta que vive en Estados Unidos y al que creo que en España debería prestarse más atención. Estoy deseando que de una vez por todas los de Bartleby le publiquen Fábula, un libro colosal que se colocará entre lo mejor de la última poesía española.

Bio-bibliografía

Benito del Pliego nació en Madrid, 1970, y reside desde 1997 en Estados Unidos. Fisiones, su primer libro de poesía, se publicó en Madrid en 1997 dentro del proyecto Delta Nueve, del que formaron parte Andrés Fisher, Pedro Núñez y Rodolfo Franco. Alcance de la mano, apareció un año después en Nueva Orleáns en edición de treinta ejemplares diseñados, encuadernados e ilustrados por el autor. Índice, recibió el Premio Internacional de Poesía “Gabriel Celaya” y fue publicado en Valencia por la editorial Germanía el año 2005. En junio del 2001 se presentó en el High Museum of Art de la ciudad de Atlanta, un poema sinfónico compuesto por Gustavo David Pineda basado en los poemas del libro. En el 2003 obtuvo el Premio de Poesía Experimental Ciudad de Badajoz por el poema-objeto “Tradición literaria”. Una breve muestra de esta vertiente de su poesía se puede ver en Todos o casi todos. Antología de poesía visual, experimental y mail-art en España (Palencia, 2004). Su poesía también ha sido incluida en la antología La voz y la palabra (Madrid, 2000). Tiene en prensa (en principio deberá aparecer en Bartleby) un nuevo (y magnífico) poemario titulado Fábula.


9 escalones (poética)

1. La poesía no tiene esencia, nada en ella se halla a salvo de la excepción, salvo la excepción misma.

2. Toda poética es un credo más fácil de repetir que de inventar.

3. Es fácil disentir de la idea de que lo poético se sustancia en cierta forma extraordinaria de usar el lenguaje; mucho más complicado es escribir desde tal disentimiento.

4. La poesía puede conceder al que la practica la conciencia de que todo lo que entra en contacto con uno es indisociable de uno mismo. Por tanto, la poesía es una forma de dar sentido o realidad al mundo. En el mejor de los casos es un sentido y una realidad transmisible.

5. El lenguaje no es solo el instrumento o el material con el que se elabora la poesía. El lenguaje es la poesía.

6. El lenguaje tiene su propia forma de dar sentido. Esta capacidad, tan cercana en su naturaleza al espejismo, es probablemente lo más significativo de la poesía.

7. La estabilidad de lo impreso es apariencia, lo mismo que la identidad de quien escribe; observar el flujo y las variaciones del sentido inquieta más y se corresponde mejor con lo que el poema quiere ser.

8. El poema suele resistirse a la razón más restrictiva —la binaria; aunque parezca decir sí o no, casi nunca lo dice.

9. Nada en el poema es lo que parece; el poema siempre está en otro sitio. Metáfora es poema y todo, por tanto, puede ser poesía.

Poemas


J


1. Domingo, fiesta depravada en la que religión y picnic se manosean.

2. Comparten su comida bajo el puente y arrojan en la orilla desperdicios y prendas usadas.

3. Restalla la ira de Dios sobre un mar púrpura, y las criaturas submarinas fosforecen como anuncios luminosos.

4. La muerte toma la forma de la confusión y las olas mezclan cadáveres y tarteras.

(de Índice, ed. Germanía, 2004)


K


1. En aquella esquina muestra lo que fue su infancia y su infancia misma lo contempla.

2. Quien sube la escalera oficia y desciende transformado en diosa.

3. Toro, desnudez, diosa que desciende una escalera.

4. Animal que corona de erotismo la mirada en la esquina donde la muchacha tiembla.

(de Índice, ed. Germanía, 2004)


L


1. Se curva sobre las butacas y la luz es un sexo mojado en saliva.

2. Su cuerpo derrama el alcohol que contuvo otro vaso.

3. Pero emplaza, por contraste, una forma grosera del miedo.

4. Y todo lo mira desde el taller en sombra, y la casa es el cine y el sueño, el amor es capilla y burdel, y el poema reclusión y camino.

(de Índice, ed. Germanía, 2004)