Leo en una página de internet una noticia en la que se anuncia, para el once de septiembre, el fallo de los premios Ciudad de Mérida de novela y poesía. Incluso se revela el nombre de las personas que componen los jurados y las comisiones lectoras.
No deja de sorprenderme que a dos figuras de primera fila en el mundo de la poesía como Antonio Orihuela y Antonio Gómez se les relegue al papel de actores secundarios, pues forman parte de la comisión de lectura y no del jurado. Por el contrario, en este último uno se encuentra con gente que no tiene ni la tercera parte de los libros de cualquiera de los dos Antonios.
Como en cualquier ámbito de la vida, también en el universo de los premios de poesía existe la figura del jurado profesional. A mí eso siempre me ha parecido empobrecedor, porque, cuando los mismos nombres aparecen en la mayor parte de los premios, lo que se propicia es la imposición de una determinada estética sobre otras.
Por lo visto, en Mérida tampoco han sabido evitar la tentación de contratar a alguno de estos profesionales de la plica.
Lo de los dos Antonios es sangrante, pero, por desgracia, en esta región el ninguneo a los artistas de verdad es algo frecuente.
Recapitulemos. En Extremadura en la actualidad se convocan cuatro premios de poesía importantes: en Badajoz (Algaida), Cáceres (DVD), Mérida (DVD) y Almendralejo (Pre-textos). Y, ya lo he dicho más veces, se da la circunstancia de que aquí vive un puñado de poetas de prestigio que publican en las mejores editoriales. Pues bien, en casi todos los casos citados se prefiere al escritor orquesta que, eso sí, no aspira las haches.
Se ve que en esta tierra, para según qué cosas, seguimos padeciendo el complejo de inferioridad que heredamos de nuestros abuelos. Si en otras regiones viviesen poetas que, como es el caso de Extremadura, publican en Hiperión, Visor, Pre-textos, Calambur, Renacimiento o Algaida, sin duda se contaría con ellos para muchísimas más cosas.
Luego nos quejaremos de que, poco a poco, todos terminen marchándose a Madrid.
No deja de sorprenderme que a dos figuras de primera fila en el mundo de la poesía como Antonio Orihuela y Antonio Gómez se les relegue al papel de actores secundarios, pues forman parte de la comisión de lectura y no del jurado. Por el contrario, en este último uno se encuentra con gente que no tiene ni la tercera parte de los libros de cualquiera de los dos Antonios.
Como en cualquier ámbito de la vida, también en el universo de los premios de poesía existe la figura del jurado profesional. A mí eso siempre me ha parecido empobrecedor, porque, cuando los mismos nombres aparecen en la mayor parte de los premios, lo que se propicia es la imposición de una determinada estética sobre otras.
Por lo visto, en Mérida tampoco han sabido evitar la tentación de contratar a alguno de estos profesionales de la plica.
Lo de los dos Antonios es sangrante, pero, por desgracia, en esta región el ninguneo a los artistas de verdad es algo frecuente.
Recapitulemos. En Extremadura en la actualidad se convocan cuatro premios de poesía importantes: en Badajoz (Algaida), Cáceres (DVD), Mérida (DVD) y Almendralejo (Pre-textos). Y, ya lo he dicho más veces, se da la circunstancia de que aquí vive un puñado de poetas de prestigio que publican en las mejores editoriales. Pues bien, en casi todos los casos citados se prefiere al escritor orquesta que, eso sí, no aspira las haches.
Se ve que en esta tierra, para según qué cosas, seguimos padeciendo el complejo de inferioridad que heredamos de nuestros abuelos. Si en otras regiones viviesen poetas que, como es el caso de Extremadura, publican en Hiperión, Visor, Pre-textos, Calambur, Renacimiento o Algaida, sin duda se contaría con ellos para muchísimas más cosas.
Luego nos quejaremos de que, poco a poco, todos terminen marchándose a Madrid.
Amen y ole tus huevos
ResponderEliminarUn abrazo verde y frondoso.
O enterrándose aquí. Ah, se te han olvidado los que publican en Tusquets, jeje.
ResponderEliminarPues sí, Jose...llevas mucha razón o al menos convence lo que comentas. un abrazote amigo
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