
El mundillo de la poesía española cada vez me resulta más asfixiante. Resulta descorazonador comprobar de continuo que los méritos para estar en tal o cual feria, festival, congreso, mesa redonda o conciliábulo dependen sólo de si te conozco o me conoces, de si te edito, me editas o puedes editarme.
La entrada de ayer de este blog la dediqué a Cosmopoética. En varias ocasiones he repetido aquí mismo que ese encuentro demuestra lo que la combinación de dinero público y un poco de talento es capaz de lograr. Sin duda han conseguido crear un encuentro cultural de categoría internacional. Sin embargo, el problema (con el tiempo todo se pudre) no radica en los nombres de poetas consagrados. Su calidad está fuera de toda duda. El problema surge cuando hay que realizar la otra selección; es decir, la de autores españoles más o menos jóvenes o más o menos prometedores. Ahí la cosa, por desgracia, cambia. Y mucho. En la edición del festival que está a punto de comenzar, la mayoría son autores locales. Y, sí, es cierto que en los últimos años han aparecido en Córdoba algunos nombres de interés. Aunque no conviene exagerar. Porque ni mucho menos es oro todo lo que reluce.
Y los que no son autores locales han publicado en la editorial local que corta el bacalao o en amigas de pata negra. O, si no, has organizado un festival ardiente en el que has invitado a quien ahora te invita a ti.
Será por eso, por ese hartazgo, por el cansancio que produce andar tras el rastro de los poetas auténticos (que casi nunca son los que se reseñan en los suplementos), por lo que, de un tiempo a esta parte, busco en Hispanoamérica voces que de verdad digan algo. Sirvan como ejemplos los soberbios catálogos de editoriales como El billar de Lucrecia (México), Cascahuesos Editores (Perú) o La calabaza del diablo (Chile). Me estoy dejando una pasta en gastos de envío. Pero merece la pena.
Termino reproduciendo la entrada con la que Rocío Cerón, la directora de El billar, despide la colección. Ahí queda eso.
Ediciones El billar de Lucrecia • Poesía Latinoamericana nació en 2005 con la idea de publicar aquellas escrituras poéticas que no tuvieran miedo a no ir por la ruta de lo establecido y las formas decorosas de una poesía correcta, de autores nacidos entre 1967 y 1979 en Latinoamérica. El catálogo de EBL ha publicado sólo 15 libros (mismo número de bolas del billar) de autores de la región latinoamericana durante cinco años (de 2005 a 2010). En 2011 realizaremos diversas lecturas y presentaciones para hablar sobre nuestro proyecto. A los lectores que tengan la colección competa se les regalará una caja conmemorativa. La directora editorial es Rocío Cerón, el editor asociado, Rodrigo Castillo, ambos poetas mexicanos. El arte de las portadas y el icono de Lucrecia son obra del artista visual Luis Blackaller.Y el diseño de interiores y cuidado de impresión de Margarita Pizarro.
Para quienes quieran comprar nuestros títulos, estamos en el correo: ed.elbillardelucrecia@gmail.com
Nuestro catálogo:
Hatuchay de Washington Cucurto (Quilmes, Argentina, 1973)
Multicancha de Germán Carrasco (Santiago de Chile, Chile, 1971)
Los amores del mal de Damaris Calderón (La Habana, Cuba, 1967)
Zimbabwe de Eduardo Padilla (Canadá, 1976. Reside desde la infancia en Guanajuato, México)
Bala perdida de Montserrat Álvarez (Zaragoza, España, 1969. Radicó en el Perú durante varios años y desde hace 15 años reside en Asunción, Paraguay)
Transversal de Pedro Montealegre (Santiago de Chile, Chile, 1974. Reside en Valencia, España desde hace cuatro años)
Horoskop de José Carlos Yrigoyen (Lima, Perú, 1976).
Malditos latinos Malditos sudacas. Poesía iberoamericana Made in USA. Selección y prólogo de Mónica de la Torre (Ciudad de México, 1969) y Cristián Gómez (Santiago de Chile, Chile, 1971).
Caos portátil. Poesía contemporánea del Brasil, selección, traducción y notas de Cecilia Pavón (Buenos Aires, Argentina, 1971) y Camilla Do Valle (Sao Paulo, Brasil, 1973).
El desasido de Néstor E. Rodríguez (La Romana, República Dominicana, 1971. Reside en Toronto Canadá).
Nosotros que nos queremos tanto. Poesía contemporánea de México, varios autores.
Carne prensada de Sylvia Figueroa (Puerto Rico, 1970. Reside en Toronto, Canadá).
Pájaros que se posan sobre una antena de Laura Lovob (Buenos Aires, 1978. Reside en Barcelona, España).
Trenes de Roxana Crisólogo (Lima, Perú, 1966. Reside en Helsinki, Finlandia).
Porque el país no alcanza. Poesía emigrante de la América Latina, selección y presentación Timo Berger (Stuttgart, Alemania, 1974), (anti) prólogo de Héctor Villarreal (Ciudad de México, 1974).