miércoles, 26 de octubre de 2011

Siltolá o la orgía perpetua


La alegría de la semana me la ha proporcionado el paquete que me ha llegado hoy de Sevilla. El sello de Siltolá en el espacio reservado al remitente me ha hecho salivar mientras lo abría, relamiéndome por los tesoros con los que esperaba encontrarme.
Y vaya si ha sido así.
Dentro había ocho libros editados con la exquisitez marca de la casa de la editorial de Javier Sánchez Menéndez.
Allí estaban los últimos poemarios de Javier Pérez Walias, Toni Montesinos, Juan Manuel Macías y Sergio Fernández Salvador, la traducción de José Luis Piquero de Caín, de Lord Byron, las dos entregas de la colección Levante que firman Diego Vaya y José Manuel Mora Fandos y, para terminar, Las noches de verano de José Luis García Martín.


Creo (y sobre todo en los tiempos que corren) que debe reconocerse el espléndido trabajo de Javier Sánchez Menéndez como se merece. Porque apenas hay ahora mismo en España editoriales que publiquen con su rigor, entusiasmo y esmero. Y eso, como casi todo en la vida, depende en buena medida de la pasión de una persona.

Por cierto, cada vez entiendo mejor a Javier cuando, harto de tanta intriga en este circo de pulgas de la poesía española, decidió guardar silencio (que no dejar de escribir) durante quince años. Menos mal que, hace apenas un par de meses, Fernando Sáenz le publicó en Los libros del aire una antología tan afortunada como necesaria.


Y es que, por lo general, un buen editor de poesía suele ser también (como en este caso) un poeta de los que merecen la pena.

1 comentario:

  1. Indiscutiblemente, la labor editorial de Javier Sánchez Menéndez merece todos los elogios.

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