1.
El ojo en la ventana Nada acontece (excepto
la erosión de lo desierto en breves intervalos)
Dentro: un haiku sobre la dentadura artificial,
una rala taza de café, dos croissants
y 600 miligramos de Caltrate
Contemplo mis elementales hábitos: presentarme británico (y puntual)
en el infierno (tantas veces cuanto sea necesario) para explicarme
la natura relativa de aletheia, el alza en los precios del abasto,
el ser demanatural de la poesía
(y el triunfo del Sporting)
Dormir como Van Winkle
Despertar con el corazón pleno de estacas (figurante de Una noche de
verano con el rol de extra para el papel de Oberón)
Y mientras, dios está en todas las otras partes,
es otra soledad Una alegoría de los absoluto
¿o de la imaginación?
La habitación agota su discurso en los 600 miligramos de Caltrate,
los croissants, el café…
Nadie cambió el agua en el vaso (¿había uno?)
Nadie es un scherzo de la soledad
Las moscas sobre el agua
(como para un nuevo haiku)
Nada acontece
2.
Uno dispone de los objetos, jamás del orden…
Si me ves con tal insistencia no responderé más
a la realidad de lo que ves Orden es la estatura
para poder empinar hacia la vida (a pesar
de padecerla)
Si te desnudaras…
Te resistes por los comentarios de la tele
Cierra la ventana
Hasta el caos requiere cierto orden, la Varela
Ladra un perro
(Ruido: estampida de cualquiera cosa ajena a tu voz)
No, no es un perro –lo sé por perro, no por sabio
Mi ojo trasciende tu mirada sin reconciliar tu luz
Cierra, dije
3.
No sé si estoy sentado o si sostengo las
paredes de tu imaginación
Repósate un poco Das vuelta tras vuelta
a lo inmediato
No era un perro, lo advertí
Un rastrillo se mueve nocturno sobre el césped
(Tú distraes al medir las paredes de mi imaginación)
¿O es la noche?
¿Quién es quien se desdobla dolida por no ver lo que tú?
Abre la ventana
4.
Acá desleo poemas exhalando maldiciones La poesía
es la otra maldición
Las moscas sobre el agua… el Caltrate… los croissants…
La realidad está en todas las otras partes, ¿quién le mide
la estatura empinando a la par con la vida?
Nadie
Nadie cambió el agua en el vaso
Oh moscas
Nadie se desnuda sobre
Nadie en las precisas partes
en las que se revela mi amor
(aunque éste no coincida con la realidad)
5.
Descree de él Yo también dudo
Usualmente le sorprendo en otras márgenes y éste
me ve donde no estoy
Si apuestas por él, descree (y vacía el agua, por favor)
Abre el cuerpo, las ventanas
Abre
Nota biográfica
Maurizio Medo (Lima, 1965) ha publicado Travesía en la Calle del Silencio (1988), Cábalas (1989), En la Edad de la Memoria (1990), Contemplación a través de los espejos (1992), Caos de Corazones (1996), Trance (1998), Limbo para Sofía (2004), El Hábito Elemental (2004), Manicomio (1ª ed. 2005, Santiago de Chile; 2ª ed. 2007, Lima; 3ª ed. 2011, Monterrey y 4ª ed. 2011, Guadalajara), La trovata (2006), Sparagmos (2008), Contramano (2010) y Transtierros (2010) Además de su trabajo poético, desarrolla labores de periodismo cultural. La suya es, sin lugar a dudas, una de las voces más originales dentro de la poesía latinoamericana actual.
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