Normalmente, desconfío de las ediciones institucionales, pues lo habitual es que se conviertan en el instrumento gracias al que los amiguillos y conocidos de los mandones de turno logran saciar su vanidad. En cambio, la Editora Regional de Extremadura supone una de las escasísimas excepciones. Es más, incluso alguien tan exigente como Jorge Herralde (esto es, Anagrama) la ha puesto en más de una ocasión como ejemplo de editora pública que actúa con el mismo grado de exigencia que una privada.
Pues bien, aquí está este En piel y huesos para demostrarlo una vez más. Detrás de ese título se esconde un repaso a veinte años de escritura auténtica: la de Elías Moro. Se me dirá que, claro, como Elías es amigo mío (de lo que estoy orgulloso), que qué voy a decir yo. Me da igual. Porque, a la postre, lo único que importa es el texto mondo y lirondo. Y ningún lector de poesía que abra sus páginas se sentirá defraudado. Todo lo contrario. Y es que la obra de Elías Moro ha ido creciendo en una esquina del mundo, sin hacer ruido, alejada de las intrigas de la poesía española de los últimos años. Eso le ha permitido indagar con paciencia en los posos de la palabra hasta ir conformando un estilo intenso, radical y propio.
Confío en que los lectores atentos no se dejen aturdir por los fuegos de artificio de los suplementos cultuales y corran a comprarse un libro (encima cuesta sólo nueve euros) que les descubrirá a un poeta que hasta ahora ha sido invisible, pero que, a partir de la aparición de esta antología, debe ocupar uno de los puestos capitales de la poesía escrita en español.
Pues bien, aquí está este En piel y huesos para demostrarlo una vez más. Detrás de ese título se esconde un repaso a veinte años de escritura auténtica: la de Elías Moro. Se me dirá que, claro, como Elías es amigo mío (de lo que estoy orgulloso), que qué voy a decir yo. Me da igual. Porque, a la postre, lo único que importa es el texto mondo y lirondo. Y ningún lector de poesía que abra sus páginas se sentirá defraudado. Todo lo contrario. Y es que la obra de Elías Moro ha ido creciendo en una esquina del mundo, sin hacer ruido, alejada de las intrigas de la poesía española de los últimos años. Eso le ha permitido indagar con paciencia en los posos de la palabra hasta ir conformando un estilo intenso, radical y propio.
Confío en que los lectores atentos no se dejen aturdir por los fuegos de artificio de los suplementos cultuales y corran a comprarse un libro (encima cuesta sólo nueve euros) que les descubrirá a un poeta que hasta ahora ha sido invisible, pero que, a partir de la aparición de esta antología, debe ocupar uno de los puestos capitales de la poesía escrita en español.
Estaré atento a esta obra de Elías. Gracias por tus palabras. La sinceridad es una de las buenas virtudes que te caracterizan amigo. Un abrazote. Nos vemos el martes en el Instituto.
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