Y ya que no va a salir en la revista, quiero publicar aquí al menos el artículo que Juan Ramón (un abrazo, amigo) me había pedido para este número nonato. Ahí va.
Los poetas liliputienses. Una antología oculta de la última poesía escrita en español.
Una antología de poesía actual representa casi en sí misma un género literario. Su estructura y (por desgracia) también su contenido son bastante previsibles para cualquier lector medianamente atento. A ello hay que unir que, en los últimos años, varias editoriales (demasiadas, me atrevería a asegurar) se han lanzado a publicar la suya confiando en convertirse en punto de referencia en un futuro más o menos próximo. Supongo que, en el fondo, aspiraban a ser algo parecido a lo que en su día supuso, por ejemplo, Nueve novísimos, la selección con la que José María Castellet bautizó a una generación de (esos sí) magníficos escritores.
Desde luego (soy realista), Los poetas liliputienses no aspira a hacerle la competencia a Hiperión o a Visor. Porque Los poetas liliputienses no es más que un blog. Uno de los millones de blogs que malviven en internet. En él, desde hace unos meses, he ido incluyendo a un puñado de escritores contemporáneos que me parecía que reunían los siguientes méritos:
a) Producir una poesía intensa, propia y arriesgada.
b) No ser demasiado conocidos, bien por haber publicado en editoriales con una distribución deficiente, bien porque los suplementos literarios no les han prestado atención.
c) Poseer un proyecto de escritura reconocible y con proyección.
De momento dieciocho ciudadanos habitan Liliput. Son, como en las pelis, por orden de aparición: Benito del Pliego, Omar Pimienta, Cristián Gómez Olivares, Susana Medina, José Antonio Llera, David Eloy Rodríguez, Ferrán Fernández, Déborah Vukusic, Luis Arturo Guichard, Manuel del Barrio Donaire, David Yáñez, José Luis Gallero, Víctor M. Díez, Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, María-Eloy García, María Salgado, Rocío Cerón y Sara Herrera Peralta.
Todos son autores que se mantienen casi al margen. No forman parte del circo de la poesía española actual; es decir, no están dentro de los jurados de los principales premios de poesía y, por tanto, no reciben tampoco ninguno de esos galardones ni participan en las decenas de charlas, mesas redondas, coloquios, debates, entrevistas, conferencias o simposios sobre poesía requeteúltima que crecen como setas en cuanto caen cuatro gotas de dinero institucional.
Todos son autores de los que seguro que se empezará a hablar dentro de no mucho. Es lo que tiene internet: que, al menos, se cuenta con la posibilidad de proponer cosas distintas. Ya está bien de que los mismos estén siempre en todas partes. Y que conste que no se trata de practicar ese deporte tan castizo del quítate tú que me pongo yo. En absoluto. Ni tampoco me apetece resucitar las viejas luchas por el poder entre grupos de poetas.
Sin embargo, sí considero que, por pura justicia (y aunque sea en un lugar tan modesto como una bitácora), resulta necesario llamar la atención sobre ciertas propuestas estéticas cuya calidad es muy superior a la media de lo que publican las editoriales que tienen capacidad para llegar a cualquier parte.
La historia de los escritores ocultos da como para construir una historia de la literatura paralela a la oficial. Pienso en autores como Juan Eduardo Cirlot, Francisco Pino, Antonio Gamoneda (durante muchos años), Rafael Pérez Estrada, César Martín Ortiz o Antonio Pereira. Escritores de los de verdad. De los que escuecen en los ojos del lector. Y, en su momento, casi nadie sabía de ellos.
Sea como sea, lo único que realmente importa es lo que se escriba. Sirva este inventario de nombres para demostrar que, dentro de la poesía actual, por muy pequeño que uno parezca, hay escritores a los que solo les preocupa la literatura. E insisto: poco importa lo pequeños que parezcan. Gulliver ya sabe cómo se las gastan.
Muchas gracias por tu apoyo, José María. Ha sido una lástima no poder publicarte tu artículo en esos Hilos de Araña, al igual que los poemas de Olvido García Valdés, Concha García, Ferran Fernandez, Manuel del Barrio Donaire o Julia Otxoa. Otro proyecto más que ahí queda. Qué se puede hacer.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apoyo, José María. Ha sido una lástima no poder publicarte tu artículo en esos Hilos de Araña, al igual que los poemas de Olvido García Valdés, Concha García, Ferran Fernandez, Manuel del Barrio Donaire o Julia Otxoa. Otro proyecto más que ahí queda. Qué se puede hacer.
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