El resultado de las elecciones era el de esperar. Siempre ha ocurrido lo mismo: mientras que la izquierda se ramifica y se debilita por culpa de los matices, los conservadores votan en bloque. Eso tienen en común, curioso, con los nacionalistas.
Aun así, confieso que lo que ha ocurrido estos días me sirve de vacuna contra la pesadumbre. Porque la lección que me han dado los chavales de Democracia real ya es de las que no voy a olvidar. Las tres últimas tardes las he pasado con ellos, tratando de empaparme de su ejemplo de civismo, entusiasmo, generosidad y esperanza.
Chose ha cambiado de canal. Dice que no quiere ver más a los del PP sacando pecho. Luego me pregunta si tanto esfuerzo ha servido para algo.
Yo la miro y le sonrío.
Aun así, confieso que lo que ha ocurrido estos días me sirve de vacuna contra la pesadumbre. Porque la lección que me han dado los chavales de Democracia real ya es de las que no voy a olvidar. Las tres últimas tardes las he pasado con ellos, tratando de empaparme de su ejemplo de civismo, entusiasmo, generosidad y esperanza.
Chose ha cambiado de canal. Dice que no quiere ver más a los del PP sacando pecho. Luego me pregunta si tanto esfuerzo ha servido para algo.
Yo la miro y le sonrío.
Yo también detesto ver a los peperos sacando pecho, pero no atisbo en tu entrada de hoy ni asomo de crítica a los únicos responsables de su propia debacle: o sea, a esos que se dicen defensores de los desfavorecidos y que no hacen sino mancillar constantemente unas siglas tan dignas como las del socialismo.
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