De izquierda a derecha: Marifé, un servidor, Juan Carlos y JuanAyer por la tarde presentamos Límites y progresiones en Mérida. Y, a pesar de los dos viajes de ida y vuelta, lo cierto es que no noté el cansancio.
La responsable de ello fue mi compañera Marifé. Bueno, he escrito compañera cuando debería haber dicho amiga. Ella se encargó de prepararlo todo: desde buscar el lugar (el conservatorio de música) hasta adornar el salón de actos con flores y bombones. Además, varios alumnos del conservatorio tocaron unas cuantas piezas de manera magnífica.
La responsable de ello fue mi compañera Marifé. Bueno, he escrito compañera cuando debería haber dicho amiga. Ella se encargó de prepararlo todo: desde buscar el lugar (el conservatorio de música) hasta adornar el salón de actos con flores y bombones. Además, varios alumnos del conservatorio tocaron unas cuantas piezas de manera magnífica.
Juan Carlos, Elena, Marifé y JuanEn realidad, toda la familia de Marifé echó una mano en los preparativos. Por un lado, Juan, su marido, preparó una presentación que se proyectó en una pantalla mientras los chavales tocaban el piano y el clarinete. Por otro, Juan Carlos y Elena, sus hijos, interpretaron magistralmante las piezas que habían preparado.
Muchísimas gracias a los cuatro. De corazón.
Muchísimas gracias a los cuatro. De corazón.
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