Y ya que los poetas de la incertidumbre reclaman una poesía de línea clara, que aprendan de escritoras como Berta Piñán. Por cierto, el último poemario suyo que ha sacado Trea (La mancadura/El daño) es un libro redondo, lleno de textos sobrecogedores. Lo dicho: que tomen nota los epígonos de García Montero.
Querido José María, mi ignorancia sobre la epigonía de Luis García Montero es absoluta; me parece un poeta singular y difícilmente imitable. Por tanto, no entiendo las conexiones que pueda haber entre esa epigonía y la impresión que deja el libro de Berta. Si es una recomendación para que se lea LA MANCADURA es una muy buena idea: pero pueden leerlo también los epígonos de Valente, los adictos al vanguardismo, el experimentalista textual y los amantes del realismo sucio... Es un excelente poeta (también una amiga entrañable) y todos pueden sacar algunos instantes de felicidad lectora. Saludos cordiales.
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