Mañana iré a la huelga. Moralmente, no queda otra alternativa. Supongo que al final todo se resolverá en que unos dirán que la huelga ha resultado un éxito y que otros responderán que no ha sido para tanto.
Sin embargo, lo que realmente importa es qué es lo que va a ocurrir con la enseñanza pública en este país. Porque hay un dato que es incuestionable: por primera vez, desde que llegó la democracia a España, las generaciones de estudiantes que se incorporen al sistema público de enseñanza van a padecer una merma en sus derechos y oportunidades. Parece evidente que con los recortes que nos esperan la calidad de la educación bajará. Y no poco.
Siempre habrá quien arguya que esto sólo afecta a los profesores. Pero no es así. De hecho, a quien menos afecta (aunque también se lleva lo suyo) es al profesorado. Lo que se nos viene encima es gravísimo. Y, desde luego, los padres de los alumnos (actuales y futuros) deberían ser los más interesados en que esta serie de medidas injustas no prosperara. ¿Qué va a pasar con aquellos alumnos con más dificultades? ¿Qué ocurrirá cuando los alumnos de segundo de bachillerato pierdan en alguna asignatura un mes de clase porque no se cubren las bajas por ese periodo? ¿Qué opinarán los padres al comprobar que sus hijos no van a ninguna excursión didáctica ni participan en intercambios con el extranjero ni hay grupos de teatro ni cualquier otra actividad que se salga del horario de los docentes?
Mañana iré a la huelga, sí. Por mis alumnos. Y me costará dinero. Y bastante más que el correspondiente a un día de sueldo (porque también en esto la administración nos castiga). Lo daré por bien empleado. Creo que es lo mínimo que le debemos a las generaciones que nos han precedido y que han luchado para que nosotros disfrutásemos de los derechos que hasta ahora habíamos tenido.
Bravo, José María, estoy contigo en todos y cada unos de tus argumentos. Yo no soy profesor (a pesar mío), pero cuanta con mi apoyo y solidaridad. Esto es uno más de los atroces crímenes que se están cometiendo en nombre de los mercados y para su voraz apetito sanguinario. Una abrazo.
ResponderEliminarDe acuerdo completamente contigo. No soy docente pero soy padre y creo que esto es el principio del fin de una enseñanza pública de calidad .Mi hijo mañana se quedará en casa. Saludos.
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