martes, 7 de abril de 2009

Acetre


Abro el buzón y me encuentro con la revista Eco, un boletín (muy digno, todo hay que decirlo) que mensualmente edita la Junta para dar noticia de las actividades culturales que se celebrarán en la región durante los siguientes treinta días. Al hojearlo me llevo la alegría de ver una foto del grupo Acetre (www.acetre.com) junto a las fechas de sus próximos conciertos.
Quien no haya oído nunca su música debería tratar de hacerse enseguida con un disco suyo. Yo tuve la suerte de conocerlos por casualidad, gracias a que hace ya unos cuantos años di clase en el instituto Suárez de Figueroa de Zafra, donde había un profesor de inglés llamado José Tomás Sousa.


Pronto descubrí que Joseto, aparte de un compañero magnífico y una persona encantadora, era el alma de un grupo del que no había oído hablar en mi vida: Acetre.
No recuerdo quién me pasó un ejemplar de su Canto de gamusinos, pero lo que no se me olvida es lo impresionado que me quedé cuando metí el disco en el reproductor del coche.


¿Cómo había podido vivir sin haber oído antes aquella música? Era algo distinto, cargado de sensibilidad, delicadeza y buen gusto. Usaban como base melodías de canciones tradicionales a las que les daban la vuelta hasta transformarlas en piezas completamente diferentes.


Desde entonces, no he dejado de comprarme todo lo que han ido sacando. A Canto de gamusinos le siguieron Barrunto y Dehesario: dos nuevas maravillas de las que no saldrán nunca en los cuarenta principales, pero sin las que la vida sería un poco menos intensa.

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