Acabo de enterarme por el blog de Álvaro Valverde de que César Martín Ortiz murió la semana pasada. Tenía sólo cincuenta y dos años. Ya he hablado en varias ocasiones de la admiración que me producen sus libros.
No sé qué decir.
Él era uno de los narradores liliputienses.
Lo único que puedo esperar ahora es que (como dice Álvaro) alguna editorial tenga el suficiente olfato como para publicar su obra completa y ponerla, por fin, a disposición de los lectores atentos.
Su prosa (y no exagero) es deslumbrante.
Descanse en paz.
http://liliputcontrablefescu.blogspot.com/2009/07/los-narradores-liliputienses-cesar.html
Fui compañero suyo de instituto y asignatura en el Gonzalo Korreas de Jaraíz de 1994 al 97, donde ha fallecido César Martín Ortiz. Intelectual y literariamente era un ser excepcionalmente dotado, todo lo contrario que para vivir con ligereza por encima de las terribles insatisfacciones que a cada uno le toca resolver en su recorrido. Quiero dejar aquí con tu permiso uno de los poemas de su libro 'Toque de tránsito' publicado en aquellos años compartidos. Leo su dedicatoria en el mismo día de mi cumpleaños y esas palabras 15 años después me sobrecogen.
ResponderEliminar"Como el que teje lana contra el frío,
como el que alza una casa en la tormenta,
como quien hace leyes y transforma
odio en respeto, venganza en justicia.
Así hago estas canciones cuya música
no existen más que en mí: no sé cantarlas,
sólo las interpongo entre mi cuerpo
y el frío, la revancha, la intemperie."
Descanse en paz, y ojalá alguien recopile esa numerosa obra poética y narrativa inédita suya.
César murió la madrugada del viernes al sábado. La noticia me la dio su Bego, su amor. Habíamos estado las dos junto a su hijo en el hospital unas horas antes y parecía que todo iba a quedar en un susto; pero no fue así.
ResponderEliminarNo puedo contar aquí lo que siento, lo que sentimos todos sus amigos...no he escrito para eso.
César tiene una importante obra sin publicar: cuentos, muchos cuentos y tres novelas terminadas.
Si algún editor tiene interés puede contestarme a mi dirección de correos (jaravillegas@yahoo.es) y con muchísimo gusto le daré el teléfono de Begoña, su pareja, que sabe lo que a César le hubiera gustado publicarlas y cómo quería que se hiciera.
Julia Villegas Puerto.
Han pasado unos días. No ha dejado de llover, como si las nubes tampoco se resignasen. César sigue sin aparecer tras ninguna puerta; comenzamos a pensar que, tal vez, se ha ido de verdad. Notamos, sus amigos, esa ausencia inexplicable que no tiene que ver con nosotros, si no con la falta de cálido aprecio que hemos empezado a percibir.
ResponderEliminarPero aunque a tu enfermiza modestia le hubiera importunado, siempre estarás con nosotros, con los desfavorecidos, con los de la mesa uno del sitio que tú sabes.
Gracias por haber vivido.
Me sumo a Julia Villegas y Carlos Medrano en la necesidad imperiosa de que su obra inédita se publique. Fui compañero de él durante más de 25 años y siempre le admiré, al igual que mis hijas que se quedaban embobadas con sus clases.
ResponderEliminarFue, además, un perfecto caballero, elegante, buen conversador, respetuoso con el interlocutor y un sabio administrador de los silencios y nada misántropo, a pesar de su modestia y timidez rayana en la agorafobia. Gracias, César, por lo muchos momentos felices que compartí contigo.