Recuerdo que, cuando estudiaba la carrera, solía comprarme libros de poesía sin conocer al autor, simplemente porque los había editado Hiperión, Tusquets, Visor o Pre-textos (DVD llegó algo después). Y es que entonces esas editoriales contaban con catálogos creados con rigor. No compraba a ciegas: confiaba en el criterio del editor. Luego el tiempo fue pasando y con él mi fe empezó a menguar. Hasta que llegó un momento en que cualquier título de poesía publicado por las editoriales que he citado antes de entrada me resultaba sospechoso.
Sin embargo, confieso que, desde hace algo más de un año, siento que de nuevo hay en España un catálogo de poesía que merece la pena de principio a fin. Me refiero a la maravillosa aventura en la que el poeta argentino Aníbal Cristobo se ha embarcado: Kriller 71 (https://blogkriller71ediciones.wordpress.com/).
Libros como los de Rafael Espinosa y Mary Jo Bang, por citar sólo un par de ejemplos, justifican una colección entera. Sin embargo, simplemente son eso: dos muestras. Porque resulta imposible encontrarse en el catálogo de Kriller 71 un poemario malo.
Gracias, Aníbal, por venirte a vivir a Barcelona.
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