Lo acabo de leer en el periódico. Pero me cuesta creerlo. Resulta que el ayuntamiento de Cáceres ha dispuesto que se
instale la terraza de un bar en la principal puerta de acceso al (dicho por la
UNESCO) segundo mejor casco histórico de Europa. ¿Y no va a pasar nada?
¿Nadie va a pararle los pies a una alcaldesa que utiliza la ciudad como
si fuese el patio de su casa? En otros sitios, este escándalo habría
forzado su dimisión inmediata. Aquí seguiremos tragando.
De todos modos, no sé de qué me extraño. Porque esto no es más que una nueva prueba de lo que importa la cultura a los que gobiernan en el lugar donde vivo.
Cáceres 2016. Capital europea de la cultura. Me acuerdo de aquello y me sonrojo. Qué vergüenza.
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