El primer fin de semana de junio estaré en la Feria del libro de Madrid. Espero, así, ver con cierta calma a unos cuantos amigos a los que habitualmente sólo puedo leer por correo electrónico u oír por teléfono. Este año iré sin alumnos. Por un lado tendré de ese modo la tranquilidad suficiente como para pasear y charlar sin prisa. Pero, por otro, reconozco que me habría gustado llevarme a los chicos de mi tutoría, unos muchachos encantadores que se lo merecen todo. Me temo que ésta es una de las consecuencias de someter al profesorado al desprecio continuo de las administraciones educativas. Lo siento por los chavales. Este curso siento que no tengo ni fuerzas ni ánimo. Confío en que alguna vez la situación cambie y esta pesadumbre se me termine pasando.
Se te va a pasar, se te va a pasar. Nosotros llegamos el 10 en la mañana (partimos el 9); mil abrazos, fuerza, C
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