sábado, 8 de febrero de 2014

Maurizio Medo y el proyecto Transtierros

Maurizio Medo habla en esta entrevista sobre el proyecto Transtierros. Algo bueno se está cociendo en el ámbito de la poesía actual.



MAURIZIO MEDO SOBRE “TRANSTIERROS”:

“LA NECESIDAD NOS OBLIGA A REAPRENDER LOS VALORES DE LAS COLECTIVIDADES UTÓPICAS”

Por María Helena Sarabia

¿Por qué apostar por un proyecto como Transtierros?
Creo que en los últimos 10 años la constante en los protagonistas de las escrituras en los diversos países de hablas latinoamericanas – hago el distingo con las de Hispanoamérica- fue elevar la voz reclamando una atención que la crítica especializada –una especie de judería parisina respecto al entorno- o el reseñismo –ese ghetto al margen de lo que se hace - o se negaba o no lo interesaba por los intereses a los que debía responder el mainstrean para poder legitimarse. ¿Pero qué pasó? Pasó que, de pronto, un loco en Cáceres,  Extremadura, decidió apostar por “escrituras de riesgo” y encima producidas en las antípodas, Latinoamérica. Me refiero a ese Gulliver de audacias y generosidades que es José María Cumbreño. Paralelamente Aníbal Cristobo se venía jugando la vida –no hay otra manera de decirlo - para crear el proyecto Kriller 71 incluso robando el tiempo a sus escasas horas de descanso luego de trabajar en la hostería;  Luis Méndez Salinas y su pareja en un notable acto de prestidigitación logró consolidar un proyecto como Catafixia. En España, en plena recesión, Enrique Mercado y la gente de Varasek decidieron jugárselas, caso similar al de otros amigos como Juan Soros, Viktor Gómez Ferrer como ya anteriormente había ocurrido con proyectos tales como el de Luis Armenta Malpica con Mantis, Rocío Cerón con El Billar de Lucrecia, Santiago Matías con Bonobós hasta llegar a otras apuestas más recientes como las de Práctica Mortal, Fondo de Animal, Ruido Blanco, Vox, etc., etc. Por otro lado esta gestión, independiente, verraca, para mí heroica, se desarrollaba a la par de una serie de expresiones escriturales de altísimo nivel –sería muy largo enumerarte los autores. Creo que entonces que todo esto necesitaba de un espacio que se constituyera en un punto de encuentro y de flujo, ese fue el origen de Transtierros.
¿Quiénes colaboran en este proyecto?
Tenemos alrededor de una treintena de personas involucradas en este proyecto, ¡hasta en el Líbano y Macedonia¡ y todos ganan exactamente lo que nosotros: hasta ahora solo la satisfacción por haber comenzado a  consolidar un territorio que, si bien no es crítico en el sentido tradicional, apoya, difunde, analiza y circula la producción de, hasta ahora, casi un centenar de autores.
¿Costó convencerlos?
En la medida que Transtierros es, como te decía, una necesidad, no. Tú no te esfuerzas mucho por convencer a un enfermo para acudir al médico, menos si sufre de tos ferina ¿verdad?. Creo que todos los que estamos involucrados, y que, parece,  tenemos esa alma de falansterio, somos conscientes que, sin soportes como Transtierros, la escritura está condenada a zigzaguear sin rumbo.  Transtierros busca constituirse en ese soporte, casi un hospicio para clochards, ¿qué es un escritor hoy sino un homeles que busca construirse un hogar a través de la escritura?
Lo que me alegra, esto lo conversaba hoy con Cristobo, es que se ha consolidado una comunidad. Como anécdota éramos tres personas que queríamos entrevistar a un escritor norteamericano, para nosotros excepcional, Bernstein. La actitud que tuvimos ante nuestro mediador en vez de “competir”, tal como lo hubiera dictado el capitalismo salvaje y deshumanizante del mercado, fue ceder el espacio al otro. Creo que la necesidad, originada por la desertización de los valores, nos está obligando a tener que reaprenderlos, ojo, sin moralina de ningún tipo ni con un proceder sistémico para alcanzar una utopía programática, simplemente se da.
¿Y en qué derivará este proyecto?
Para eso tendrías que tener un programa a corto, mediano y largo plazo. No lo tenemos. Se comenzó con un blog. Del blog pasamos a una plataforma más grande. Luego esta plataforma, bastante rudimentaria en sus inicios, se renovó gracias a los aportes de  Mario Pera y Bruno Polack, ¿qué vendrá después? Cuando cunde la incertidumbre en vez de pensar en proyectos sostenibles prefiero recordar la aventura de los caballeros de la Corte del rey Arturo quienes encontraron el Grial después de perderse. Hay que saber abandonarse a la providencia.
Sin embargo leía que con la editorial Ruido Blanco está por aparecer la Colección de Poesía Latinoamericana “Transtierros”, ¿estos proyectos guardan relación entre sí?
Te hablaba antes de la existencia de una comunidad, de un falansterio postpoético, Ruido Blanco forma parte del mismo, por ende, sí. Apareceremos este año, yo codirijo la colección, preferiría que Juan José Rodríguez, quien es el protagonista, sea el portavoz de este proyecto. Solo puedo adelantarte que estoy trabajando ya una antología de un escritor al cual quiero y admiro muchísimo, el mexicano Julián Herbert. Esto para mí es un privilegio. Por otro lado Julián, ya antes, venía haciendo un trabajo similar. “Mejor establezcamos un diálogo”, le dije, “uno que vaya de norte a sur o viceversa” y nos entusiasmamos, queriéndolo o sin querer, conquistamos un espacio para el diálogo. Uno que se obra desde la gratuidad y la transparencia.
Por ello, como lo estás haciendo, si me obligas a resumir qué es Transtierros únicamente podría responderte: la construcción de un soporte para una comunidad o, si lo prefieres, el de un espacio para la reflexión y el desarrollo de diversos proyectos solamente viables a través de la conciencia de nuestro ser colectivo.

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