
En la isla pasé cinco años de mi infancia. Desde luego, los mecanismos de la memoria son un misterio. Parece mentira la cantidad de sensaciones que recordé de inmediato en cuanto puse el pie en el aeropuerto de Los Rodeos.
La organización de la feria fue perfecta. Por estos pagos, al menos, no estamos acostumbrados a tantas atenciones. El trayecto en coche hasta el totel terminó de ablandarme al volver a leer en las señales de la carretera nombres de lugares que permanecían adormecidos.
La feria, ya lo he dicho, fue perfecta. Los organizadores (Ángeles, Noemí y Tito, de Baile del Sol) lo tenían todo previsto. Menuda diferencia. Nunca se ha tratado (ni se tratará) en Extremadura así a la gente de la cultura. En fin.
En aquellos dos días, además, conocí a gente interesantísima con la que sigo manteniendo contacto: Laura Escuela ( a la que adoptamos en el expositor de Littera), José Luis Ponce (de la magnífica Bellaterra) o Talía y Daniel (de la pujante Ediciones Escalera).
Talía con su camiseta recortada.
Talía y Daniel. El futuro de la edición en España pasa por personas como ellos.
El cantante guineano Manecas Costa y su guitarra mágica.
Ángeles me escribió hace un par de semanas (gracias) para decirme que mi diario lo publicará Baile del Sol. Lo de los círculos que se cierran. Un libro lleno de niños que saldrá en el lugar donde yo lo fui.
Es que en Canarias nos gusta tratar bien a la gente que lo merece...
ResponderEliminareyyyy, esto me resulta vagamente familiar... jejeje.
ResponderEliminarUn besazo, Jose María