viernes, 18 de junio de 2010

Curso práctico de invisibilidad

Para Álvaro Valverde


La invisibilidad no constituye un estado objetivo. Depende más de quien observa que de lo observado. Puede ser que el objeto en cuestión no absorba la luz, que tampoco la refleje, que esté detrás de otro objeto (distinto al primero), que sea del mismo color que el decorado, que se encuentre justo en el centro de la oscuridad, que ocupe un punto ciego o que altere, como los camaleones, su apariencia. El escapismo. La psicología del engaño. Hay microscopios que permiten fotografiar un átomo y telescopios que captan el brillo de estrellas muertas. El espejismo no es una simple ilusión óptica, ya que la combinación del calor y el desierto no produce una imagen cualquiera, sino precisamente la de aquello que el sediento viajero más desea. En el fondo, el público que pagaba por ver a Houdini tratando de liberarse de aquel manojo de grilletes y cadenas (aunque por supuesto no se atreviera a reconocerlo) no sabría decir si prefería que lo lograra o que muriese en el intento.


(De Retórica para zurdos, ERE, 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario