El camino hacia arriba y hacia abajo
Asomado al lago he visto dos caminos.
Uno comienza en mi habitación y crece,
se convierte en calle, árbol frondoso,
paseantes en Hyde Park, ciudad, país,
galaxia, que armónicamente se multiplican
dejando caer a su paso, como al desgaire,
lo que después llamaremos tiempo.
El otro comienza en ese algo sobre nosotros,
lúcido y visible cuando toma forma
de Osa, Gemelos y Cochero,
se empequeñece de pronto, se rinde,
se convierte en galaxia, país,
Charleville, mi habitación, este recuento.
Se encoge como el adulto al que agobia su poder
y se refugia en un caramelo.
No hace falta Heráclito para saber que los dos
caminos son uno y el mismo.
El camino hacia arriba y hacia abajo
es bastante menos que dios
pero es mucho más de lo que necesito.
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